Strava rompe con Garmin: una demanda que pone en riesgo la conexión más usada del deporte

La app líder del running acusa a Garmin de infringir patentes sobre segmentos y mapas de calor. El conflicto podría alterar el vínculo que millones de atletas usan a diario para sincronizar sus entrenamientos.

10/10/20251 min read

Lo que durante años fue una colaboración ejemplar entre Strava y Garmin, hoy se convierte en una batalla judicial que amenaza con redefinir el ecosistema de los relojes GPS.


El 30 de septiembre de 2025, Strava presentó una demanda federal en el Tribunal de Colorado (EE. UU.) acusando a Garmin de infringir patentes relacionadas con dos de sus funciones más icónicas: los segmentos y los mapas de calor (heatmaps).

Según los documentos legales, Garmin habría implementado versiones propias de estas herramientas bajo nombres como Trendline y Popularity Routing, sin licencia ni reconocimiento, violando además un acuerdo de cooperación firmado en 2015 que definía los límites de uso compartido de tecnología.

Qué exige Strava y por qué importa

Strava solicita compensación económica y una orden judicial que prohíba a Garmin vender productos con esas funciones activas. La compañía asegura que advirtió previamente a Garmin en junio y julio, pero no obtuvo respuesta, lo que derivó en esta acción legal.

El caso se registra como 1:2025cv03074, y podría obligar a Garmin a modificar parte de su software o retirar funciones clave de sus dispositivos.

Tensiones por el control de datos y la API

El conflicto también tiene un trasfondo estratégico. Garmin impuso recientemente nuevas condiciones para las apps que usan su API, exigiendo que toda actividad subida desde un dispositivo Garmin muestre su logo en cada pantalla o gráfico dentro de Strava.


La plataforma se negó, calificando la medida de “publicitaria e innecesaria”, y advirtió que la política amenaza la neutralidad y experiencia del usuario.

Lo que viene para los usuarios

Aunque ambas compañías aseguraron que la sincronización seguirá funcionando, el riesgo es real: si el tribunal falla a favor de Strava, Garmin podría verse obligado a retirar funciones, actualizar software o suspender integraciones.
La disputa, más allá del terreno legal, plantea una pregunta de fondo: ¿quién controla realmente los datos del atleta, el fabricante del dispositivo o la plataforma que los interpreta?